Foto: Robert DoisneauMe moría por agarrar piedras mojadas y tirarlas al río
Escuchar los sonidos, observar cómo se hundían.
No encontraba esas piedras mojadas...
ni siquiera piedras para mojarlas yo.
Levanté la mirada;
a algunos metros el río se las llevaba.
Se estaba llevando esas piedras que yo quería arrojar.
En qué momento las lancé?
En qué momento las agarré?
Nada de eso importa.
Importa que ya lo había hecho.
Esas piedras mojadas podrían ahora estar en el río.
Eso era lo lo mejor para ellas, y para mí.